Gokū y los demás consiguen escapar del cuarto pero los cinco son luego capturados y son encerrados en otro cuarto, este tiene paredes de acero y un techo de vidrio blindado.
Mientras esperan la muerte calcinados por el sol del desierto que saldrá por la mañana siguiente; Gokū mira la luna llena y se transforma en Ōzaru.
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